González Barros, Luis Alfredo; González Barros, Luis Alfredo::orcid::0000-0002-1901-8652
Abstract:
Las urbes han pasado por importantes cambios, producto del acelerado crecimiento territorial, que esto genera ciertos retos a enfrentar, tales como: el cambio de estructura económica urbana, demanda de mayores productos y servicios para asegurar la calidad de vida, movilidad y accesibilidad, manejo sustentable de las ciudades, y por supuesto, mayor inclusión y equidad, esto, producto de la globalización1, que las ha conducido a un cambio del modelo fordista al postfordista, anclado en los elementos de innovación, conocimiento y creatividad haciendo de los lugares zonas para el impulso de actividades económicas, donde se canalizan los insumos a utilizarse para lograr un desarrollo económico; al respecto, Sassen (1994), menciona que el esquema de implementación de procesos y mercados globales ha resultado en una dinámica nueva de revalorizar sectores económicos urbanos, con efectos negativos para algunas áreas de las ciudades.
Así pues, surgen proyectos de gestión para mejorar las condiciones de estos espacios abandonados y deteriorados, especialmente son los gobiernos locales, a través de los planificadores urbanos, los que han desarrollado medidas de conservación, rehabilitación y mantenimiento de edificaciones, monumentos, parques y asentamientos arquitectónicos, históricos, culturales y religiosos, y en ese caso, Zukin (1995) comenta que la cultura es el negocio de las ciudades. Por su parte, Scott (2008) argumenta que el consumo de bienes de tipo cultural -arte, música, comida, entretenimiento- se engloba a la economía simbólica, ya que esta produce bienes de valor subjetivo más que del valor de uso.