Parra Zurita, Héctor Augusto; Parra Zurita, Héctor Augusto::orcid::0000-0002-9818-9993
Abstract:
De acuerdo con el INEGI, en Sinaloa durante 2021, se denunciaron el 4.7% de los delitos cometidos (en 2019 esta cifra fue 7.7% y en 2020 de 6.1%). La cifra negra del delito de la entidad (96.7%), es de las más altas, por encima del nivel nacional (93.2%), y la más elevada en el estado desde 2013. Los encuestados citaron la pérdida de tiempo en procedimientos burocráticos y la desconfianza en la autoridad como las principales razones para no presentar reportes. Estos delitos no aparecen en las estadísticas de violencia criminal y quedan pendientes de acceso a la justicia. Cada caso tiene coordenadas específicas, sin embargo, la tendencia general de víctimas y testigos de violencia criminal a no denunciar está creciendo. En busca de explicaciones al fenómeno de la cifra negra y la no-denuncia de la delincuencia de alto impacto, iniciamos una exploración de las dimensiones objetiva y subjetiva de la violencia criminal y la inseguridad, que recorre la dinámica de diversos indicadores y sus formas de producirlos, para dimensionar las representaciones colectivas que los distintos grupos que los producen, a través de prácticas instituidas y testimonios de habitantes de un barrio señalado como especialmente conflictivo, aportan como indicadores objetivos de un hecho social en crecimiento. Para lo anterior recurrimos a una metodología mixta que, a través de un análisis administrativo y estratégico, pone a prueba las cualidades de la estadística oficial del delito y un estudio de caso extendido, que confronta las distintas versiones –normativa y cotidiana– de la criminalidad y la inseguridad.
Los delitos de alto impacto son aquellos que deben su relevancia como acto violento a los efectos y alto contenido de rudeza y capacidad de vulnerar a las personas y favorecen la percepción de inseguridad y victimización en la ciudadanía. Los efectos directos e indirectos provocan cambios que se expresan a nivel individual y tienen un impacto colectivo en la formación de una conciencia común.
A través de metodología mixta advertimos la amenaza desapercibida que representa para la población el crecimiento de formas delictivas desagregadas en contextos de disminución de la frecuencia absoluta; la cifra negra configura un secreto público de la actividad delictiva y la desconfianza en los actores normativos puede llevar a la aparición de formas de “justicia paralela” desequilibrando el orden social que las sanciones institucionalizadas del delito buscan recobrar.