Monreal Barajas, Valia Deni; Monreal Barajas, Valia Deni::orcid::0009-0008-6790-8239
Abstract:
Los movimientos sociales fueron comunes en México y en toda Latinoamérica a lo largo del siglo XX, con sus bases bien fundamentadas desde el siglo XIX, cuando las guerras de independencia y anti intervencionistas comenzaron. Así como George Rudé1 explicó la diferencia entre los movimientos sociales preindustriales e industriales para entender sus motivaciones, habrá que recordar que en México han tenido una fuerte base rural, campesina y de conexión con la tierra, en ocasiones oponiéndose a la industrialización misma para mantener sus condiciones de vida, en especial durante el siglo XX cuando el proceso de industrialización y urbanización alcanzó al país.
Es importante mantener ese enfoque para comprender la base y el sustento de los movimientos sociales en México, así como su variante en movimientos estudiantiles. Si bien los autores investigadores de movimientos sociales, ya sea estadounidenses o europeos, demuestran que muchos de los movimientos sociales en los años sesentas, setentas y hasta los años ochenta ya no tenían el componente obrero-campesino y se fundaban más en los procesos de libertades individuales, pacifismo y antiautoritarismo, los movimientos sociales en México no se podrían entender sin la conexión antes descrita.
Lo que es más, uno de los reconocimientos más grandes que se le hace al movimiento estudiantil de México es haber sido capaz de trascender la universidad, de tomar la protesta y la exigencia política a las calles, así como de producir extensiones de solidaridad incluyendo a otros grupos que también buscaban ese diálogo democrático en contra de un modelo y un gobierno represivo y autoritario.